miércoles, 12 de mayo de 2010

Quiero que conozcamos un poco más a la figura de Eric Villalón, el primer participante en la Barcelona World Race que sufre algún tipo de discapacidad- en este caso visual-. Para empezar os enseñaré una entrevista que le hicieron en el periódico.com:

""Eric Villalón: "Veo sombras y colores"

Este oro paralímpico de esquí alpino es uno de los tres miembros de la primera expedición de discapacitados a la Antártida impulsada por la Obra Social La Caixa.

NÚRIA NAVARRO
--¿Qué les pasa a sus ojos?
--Nací con una deformación en el nervio óptico y otra en la retina, y además sufro de miopía y nistagmus. Tengo un 5% de visión.

--¿Y eso qué significa?
--Significa que solo veo sombras y colores, pero con esa información delimito los objetos. Mi cerebro asocia ideas todo el tiempo. Además, el mundo es monótono. En invierno todos visten de negro y marrón.

--¡La Antártida es una inmensidad blanca!
--El mundo blanco es mi mundo. Me sé mover bien en él. Formé parte del equipo paralímpico de esquí alpino y entrenaba en días de niebla. Iba a mucha velocidad sin saber por dónde esquiaba. El cuerpo, suelto, suave, para que no acusase los baches... También fui profesor de montaña en el Centre Excursionista de Catalunya y, tras dejar el mundo paralímpico en el 2006, trabajo como técnico de deportes de invierno en el Consell Comarcal de la Cerdanya.

--Eso queda cerca. ¿Qué necesidad tiene usted de ir al polo Sur?
--Mi abuela y mi pareja dicen lo mismo... Quiero mostrar que las cosas no son como están establecidas. Me gustaría que la gente entendiera que la capacidad o la discapacidad están dentro de cada uno. Este es un país en el que, cuando una persona tiene una discapacidad, se le refuerza más la discapacidad. Demasiada protección. Y lo importante es potenciar los puntos fuertes, las capacidades.

--A las suyas les ha sacado brillo.
--Mis padres, en vez de sobreprotegerme y crear a un discapacitado, optaron por ayudarme a ser autónomo. A los 9 años quise hacer piano, y el primer día, yendo al conservatorio, mi madre me dijo: "Apréndete bien el camino porque mañana no te acompañaré".

--Valiente, su madre.
--Y más tarde me empeñé en hacer hockey, y ella me compró todo el material a condición de que lo practicara durante un año. Me lo pasé chocando contra las paredes, pero aguanté. Además, mis padres escalaban y esquiaban, y yo también.

--Esquiar sin ver. Parece imposible.
--Al principio tropezaba con todo. Pero, en vez de decirme que me dedicara a otra cosa, me animaron a hacerlo de otro modo. Llegué a deportista de alto rendimiento.

--¿Muy competitivo?
--Me gustaba llegar al límite de mi físico y ganar al cronómetro. Pero la agresividad hacia los demás siempre la dirigía hacia mí.

--Puede usted con todo, vaya.
--Ha habido momentos difíciles, ¿eh? En la adolescencia, sobre todo, cuando todo el mundo pasaba de la bici a la moto y yo no ampliaba mi círculo. También me habría hecho mucha ilusión ser bombero de rescate de alta montaña. Y me interesaba la microbiología de la alimentación, pero, naturalmente, no podía dedicarme a lo micro.

--¿Cómo se imagina el polo Sur?
--Como una planicie infinita. En la montaña te puedes esconder, pero en la Antártida...

--Usted y sus compañeros han pasado ratitos en un frigorífico.
--Había que probar las capas de ropa, ver cómo reaccionaba la pierna ortopédica de Xavier, comprobar qué problemas tendría al colocársela.

--Luego han entrenado en la díscola Groenlandia.
--Diez días. Y en la Molina y en Noruega. Hemos conseguido un grupo homogéneo. Si Xavier tiene problemas para arrastrar el trineo, que pesará unos 60 kilos, cargaremos más los otros. Si Jesús no puede montar cualquier cosa, lo asumiremos el resto. Yo, por ejemplo, es mejor que no me mueva dentro de la tienda, porque podría tirar una olla y quemar la tienda y sería el fin.

--¿Y en el tiempo libre qué harán?
--Me temo que no habrá. Tiraremos del trineo durante siete horas a 3.000 metros y a 40 grados bajo cero. Luego habrá que montar la tienda y fundir hielo para cocinar. Allí el agua hierve a 80 grados. Las cocciones se ralentizan. El almuerzo y la cena ocupan unas tres horas. Como el desgaste calórico ronda las 7.000 calorías día, hay que recuperarlas.

--Así, un día tras otro, durante tres semanas...
--El reto es mantenerse vivo psicológicamente. Estamos tan acostumbrados a horizontes próximos que la inmensidad puede vencernos. Yo me conozco muy bien. Me sé dosificar. Y sé cuándo decir "no puedo". Si sigues por el qué dirán, la situación empeora y pones en riesgo el volver a casa.

--No tiene un átomo de miedo.
--El miedo está ligado a la falta de costumbre. Cuando el cuerpo se acostumbra a aquello que teme, la frontera del miedo se desplaza.

--Hay fronteras infranqueables. ¿Hay algo que desearía poder ver?
--Las estrellas. La gente me describe el firmamento, pero yo solo veo oscuridad."

http://www.elperiodico.com/default.asp?idpublicacio_PK=46&idioma=CAS&idnoticia_PK=572291&idseccio_PK=1006&h=

A continuación dejo enlaces de videos (no puedo subirlos) para que veais algunas de las aventuras de Villalón:

http://www.youtube.com/watch?v=OK7L5HPMUpQ
http://www.youtube.com/watch?v=Z-NoJTQogQI&feature=channel

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